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Mazda MX-5

Un icónico roadster muy divertido

En esta ocasión traemos a las páginas de Motor y punto, el Mazda MX-5, un icónico roadster, estiloso y asequible. Hemos probado la versión más alta en cuanto a motorización, el 2.0 de 160 CV y, sin duda, nos ha divertido y dejado unas muy buenas sensaciones.

El Mazda MX-5 es un verdadero icono del automóvil, el roadster más vendido de la historia y un vehículo que lleva fiel a sus principios desde hace ya más de 25 años. Representa como ninguno el concepto de la diversión al volante, sin riesgos y con un precio bastante razonable.

Es el clásico concepto del roadster, con su motor delantero y su tracción trasera y con un peso muy ligero. Nuestra unidad de pruebas montaba un techo rígido de chapa y no de lona como mandan los cánones en los roadster. Pero para los más puristas en este sentido, hay una versión de acceso con el techo de lona y con el motor pequeño de 125 CV. Y este si es fiel a la tradición del primer MX-5 de 1989.

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El MX-5, más conocido como Miata en muchos mercados, no tiene más filosofía que la de ser un coche divertido y fiel a los principios. Y eso es lo que hace que a lo largo de todos estos años el coche japonés se haya convertido en un vehículo de culto.

Es un dos plazas muy ligero con un alegre motor de 160 CV y una caja de cambios manual de seis marchas con relaciones bastante cerradas. El motor estira arriba, donde da todo su potencia, pero en la parte baja es un propulsor más discreto. Y eso hace que el conductor tenga que ir siempre pendiente del cambio, de ir en la marcha adecuada, para que el coche se mueva como debe, con mucha alegría. Esto no es ningún defecto en un vehículo de este tipo.

El cambio nos ha parecido preciso, con una palanca corta y con desplazamientos reducidos, lo que hace cómodos y exactos los cambios. Y, precisamente, esto forma parte de su encanto. Si rodamos por una carretera virada, con curvas cerradas, hay que ir permanentemente manejando el cambio, poniendo o quitando una o dos marchas y ese es parte del placer que proporciona a su conductor.

Lo bueno que tiene es que uno puede ir por esa carretera disfrutando pero sin tomar excesivos riesgos. Por supuesto que ese mismo placer se puede conseguir con un Mercedes SLK o con un BMW Z4, por ejemplo, pero iremos más deprisa. O con un Posche Boxster, en cuyo caso iremos de verdad muy rápido para poder divertirnos.

El coche es muy pequeño de dimensiones y ese es también parte de su encanto, porque es mucho más fácil conducirlo por zonas viradas. Además, el puesto de conducción se encuentra en una posición tan baja que una vez instalados parece que estamos en un kart.

El cuadro de instrumentos está bien pensado y ofrece buena visibilidad. Lo que no me gusta tanto es el volante. Tiene una posición muy vertical, lo que resulta agradable para la conducción que requiere, sobre todo si tenemos en cuenta la posición del asiento, tan baja. Pero es demasiado grande, sobre todo en un habitáculo tan pequeño. Además, va muy pegado a la izquierda.

En cuanto al maletero, solo tiene 150 litros que de verdad dan para poco, pero esto es así porque entre los asientos y el espacio de carga queda un gran hueco que es donde se aloja la capota cuando está plegada.

Nuestra unidad de pruebas disponía de techo duro.  Para descapotar el coche primero hay que desengancharlo, para lo que hay una palanca en la parte superior central y un botón para poder desbloquear dicha palanca. Tras esta sencilla operación, solo hay que mantener presionado el botón de apertura y el techo se esconde en su hueco correspondiente en pocos segundos.

El MX-5 es un coche pensado básicamente para estar mucho tiempo con el techo abierto. No es un coche sofisticado sino más bien un coche divertido y de precio razonable (la versión de acceso se ofrece por poco más de 25.000 euros). Uno de sus peros hay que ponerlo en el ruido del motor y también de la aerodinámica. Cuando uno circula con el techo cerrado a una velocidad por encima de los 90 km/h, los ruidos aerodinámicos son bastante altos. Y si llegamos a los 120 km/h ya resulta más incómodo.

También su motor, 2.0 de 160 CV resulta ruidoso, por tener que girar a muchas vueltas para ofrecer empuje. Y por esta misma causa sus consumos también son bastante elevados. Aunque el valor homologado es de 7,8 litros, en realidad si queremos usar el coche como se debe, con alegría, entonces estaremos cerca de los 8,5 litros, e incluso más si queremos estrujar un poco la mecánica.

Pero es un coche realmente divertido, que tiene muchas más virtudes que defectos, como su precio bastante razonable frente a sus rivales, su estética muy llamativa en un coche pequeño y sobre todo las posibilidades que ofrece para disfrutar al volante.

El próximo año llegará el MX-5, una generación del roadster completamente diferente pero con la misma filosofía. Este es, sin embargo, una buena razón para decantarse ahora por el actual MX-5, un vehículo que muy pronto se convertirá en todo un clásico.

DATOS TÉCNICOS
MAZDA MX-5 2.0

Motor: Gasolina. 4 cilindros en línea. Central delantero. Inyección indirecta.
Cilindrada: 1.999 c.c.
Potencia máxima: 160 CV / 7.000 rpm
Par máximo: 180 / 5.000 rpm
Dimensiones (largo/ancho/alto): 4.020 / 1.720/ 1.255 mm
Distancia entre ejes: 2.330 mm
Capacidad del maletero: 150 litros
Cambio: Manual 6 marchas
Tracción: Trasera
Velocidad máxima: 218 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 7,9 segundos
Consumo medio homologado: 7,8 litros/100 km
Emisiones de CO2: 181 g/km
Precio: 32.000 euros.

Fotos: Carlos Cancela

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