Cada vez se está poniendo más complicado elegir que tipo de coche queremos. A las dudas convencionales sobre qué carrocería o potencia, ahora se añade, qué tecnología elegir. Las políticas medioambientales mandan.
¿Diésel sí, diésel no?
Hasta hace pocos años, elegir un modelo con motor diésel era la mejor opción para aquellos que recorren muchos kilómetros al año.
Sin embargo, hoy en día, hay que pensárselo mucho porque los precios del gasóleo ya no son tan contenidos, pero además porque las políticas medioambientales de las administraciones han relegado a los diésel.
Lo cierto es que quizá estas políticas demonizando los coches diésel no son del todo justas ya que los vehículos modernos con esta tecnología son menos contaminantes que cualquier coche con más de 10 años a sus espaldas, sea cual sea el combustible que utilicen.
Otro problema que te puedes encontrar si te decantas por un diésel es su valor de recompra, que en los últimos años ha caído en picado.
Si a pesar de todo esto te decides por un coche diésel, infórmate de las restricciones que tiene su distintivo C. Aquí tienes todos los datos sobre las etiquetas mediambientales.
¿Qué pasa con los coches de gasolina?
El problema con los vehículos de gasolina es casi el mismo que con los diésel. El precio de combustible sigue a la alza y las restricciones también se ceban con este tipo de tecnología. Los modernos gasolina también disponen de etiqueta C, pero su valor de recompra ya empieza a ser mejor que el de los coches con motor diésel.
¿Entonces, un eléctrico?
Quizá aún no es el momento para comprar un coche eléctrico. Por un lado, porque el precio aún es caro, por otro porque no hay suficientes puntos públicos de recarga y aún disponen de una autonomía corta.
Con un eléctrico no tendrás ningún problema para adentrarte en el centro de las ciudades, podrás aparcar sin coste en las zonas restringidas del centro y tendrás muchos beneficios fiscales y también en algunos peajes. Todo ello gracias a su etiqueta Cero Emisiones.
¿Híbrido, la mejor opción?
Efectivamente, hoy por hoy comprar un coche híbrido es la mejor opción. Y lo es por varias razones.
La tecnología híbrida se compone de dos motores, uno de gasolina -también diésel-, un motor eléctrico y una batería de alta capacidad. Su funcionamiento es sencillo. Cuando la batería dispone de carga, el motor eléctrico mueve por sí solo el coche, ahorrando combustible y emisiones. También puede ayudar al motor de combustión a minimizar el gasto.
La gran ventaja es que su batería es autorrecargable, o lo que es lo mismo, no hay que enchufarla.
Los coches híbridos son muy eficientes y también pueden recorrer muchos kilómetros sin repostar.
Entre los híbridos puedes encontrar todo tipo de carrocería y potencias y unos consumos muy contenidos.
Además, los híbridos disponen de etiquete Eco, que le da muchas ventajas en el tráfico urbano.
¿Por qué no un mild hybrid?
Un vehículo híbrido de 48 voltios o mild hybrid es un vehículo de gasolina o diésel al que se le ha añadido una batería de 48 voltios – a más – para que asista al motor de combustión y mejore consumos y emisiones.
Este tipo de coche no disponen de motor eléctrico con lo cual siempre dependerá del motor de combustión para moverse, pero la batería -que se recarga con la conducción- ayuda a reducir consumos. No es tan eficaz como un híbrido pero si más eficiente que un modelo de combustible tradicional.
Los híbridos de 48 voltios disponen de etiqueta Eco, pero la DGT ya ha anunciado que va a revisar esta categoría porque no todos pueden cumplir con sus protocolos.
¿Y un híbrido enchufable?
Los híbridos enchufables disponen de un motor de gasolina o diésel y otro eléctrico. Pueden funcionar uno u otro o los dos a la vez. Cuando la batería tiene carga, el coche se mueve con motor eléctrico, ahorrando mucho combustible. Cuando se le gasta la energía a la batería, el coche rueda gracias al motor de combustión.
Entonces parece una gran solución ya que no hay que estar tan pendiente de enchufar como en un coche 100 % eléctrico. El problema es que si no dispone de carga eléctrica, el consumo de combustible se dispara y además la autonomía se acorta. Para sacar todo el partido a un híbrido enchufable hay que mantener la batería con carga. Y para ello, hay que enchufarlo con lo cual podemos encontrarnos con el problema de encontrar un punto de recarga. Como con los coches 100 % eléctricos.
Los híbridos enchufables disponen de etiqueta Cero Emisiones, lo que le da tantas ventaja en el centro de las ciudades como a los 100 % eléctricos.
¿Y qué tal un coche de gas?
Los automóviles de gas también son una buena opción porque disponen de mucha autonomía y etiqueta ECO. El problema es que en todas las estaciones de servicio encontrarás el tipo de gas que necesitas para repostar.
Los automóviles con gas pueden ser de dos tipos: GLP o autogás (o lo que es lo mismo, gas licuado de petróleo), y GNC (gas natural comprimido).
Los vehículos con esta tecnología disponen de un solo motor pero dos depósitos para combustible, uno para gasolina y otro para gas.
El vehículo puede rodar con cualquiera de los dos combustibles sin que el conductor tenga que elegir entre uno u otro. La tecnología lo hace automáticamente. Son vehículos con mucha autonomía. Si quieres saber más, aquí te lo contamos todo sobre los automóviles de gas.
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