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Mitsubishi Outlander

Interesante alternativa

El Mitsubishi Outlander es una de las mejores alternativas que ofrece el mercado para aquellas personas a las que les gusta hacer grandes viajes pero sin un gasto excesivo.

Es un modelo con un habitáculo muy amplio, equipado con una motorización que permite un comportamiento bastante ágil pero sin un consumo excesivo. Y aporta, también, una tracción 4X4 que nos sacará de cualquier situación complicada. Un coche muy completo y accesible.

Mitsubishi es uno de los grandes en el mundo del todoterreno. Y fruto de su gran experiencia en la conducción más extrema fuera del asfalto ha desarrollado una interesante versión todocamino con el Outlander.

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En 2012 la marca japonesa puso a la venta una tercera generación del Outlander, con una estética completamente distinta a la de su antecesor, pero con la misma filosofía, con siete plazas, y con la misma plataforma que su antecesor.

Este es el modelo que hemos probado en esta ocasión en Motor y punto, con un motor turbodiésel de 150 CV asociado con el cambio automático de seis marchas. He podido hacer más de 1.500 kilómetros con este coche, incluyendo un viaje largo con cinco personas y un maletero lleno y me parece un coche ideal para los viajeros.

El Outlander es un vehículo cargado de virtudes, sobre todo para personas que quieren moverse mucho. La primera de ellas es su habitabilidad. Es muy amplio, permite hasta siete plazas, aunque las dos de la última fila sirven para una situación apurada o para niños, pero no para que dos adultos viajen mucho un largo recorrido en su interior. Las plazas van escondidas en el suelo del maletero y su accionamiento es muy sencillo.

Se ha buscado conseguir un habitáculo versátil para cubrir las necesidades que se pueden presentar a una familia muy viajera. Por ello, la segunda fila de asientos tiene tres plazas independientes que se pueden deslizar longitudinalmente y que también permiten regular el respaldo trasero en diversas posiciones. Con ello se puede ofrecer el máximo de confort para estos viajeros o el máximo espacio de maletero o para los ocupantes de la tercera fila.

Es un coche muy bien equipado. La versión que hemos probado es la  más completa de la gama, con la terminación Kaiteki, que supone un equipamiento muy cuidado y también muy interesante, sin excesos que solo sirven para encarecer el precio. Eso sí, este equipamiento es cerrado y como opción solo se ofrece la pintura metalizada.

Entre otros muchos elementos incluye de serie el navegador con pantalla táctil de siete pulgadas y un potente equipo de sonido de Rockford que proporciona una gran calidad de sonido y una potencia de 710 watios. Y también la tapicería de piel que le proporciona un aspecto más elegante.

El Mitsubishi Outlander cuenta con unas interesantes medidas de seguridad, como el control de crucero adaptativo, que debería ser un equipamiento obligatorio para los que buscan hacer muchos viajes. Este permite llegar a detener el vehículo automáticamente cuando circulamos, por ejemplo, en caravana por una carretera.

Sin embargo, al detener el vehículo se desconecta, por lo que luego no vuelve a activar el acelerador. Asociado con el radar frontal también un sistema de frenado de emergencia que detecta la presencia de un obstáculo, avisa a su conductor y si éste no hace caso del aviso llega a frenar para evitar el choque. Y también el aviso de cambio de carril que cuando se circula por carreteras estrechas llega a ser un suplicio.

Les quiero hablar de su estética, y es que en este sentido creo que el coche ha perdido con respecto a su antecesor. El anterior modelo, la segunda generación del Outlander, tenía una estética rompedora, robusta, que transmitía de alguna forma el concepto del todocamino de verdad, con posibilidades camperas. El nuevo se ha suavizado, los trazos rectos del anterior dejan su lugar a otros más redondeados, más suaves, lo que hace que, al menos desde mi punto de vista, pierda parte de su encanto.

Pero vamos ya con su comportamiento. El Outlander que hemos probado iba equipado con un motor de 150 CV con un cambio automático de seis marchas y con el sistema de tracción 4X4. Puede parecer que son pocos caballos, pero yo diría que ‘son muy obedientes, que están muy bien amaestrados’ y que proporcionan una muy buena agilidad de marcha. En realidad, son menos de los que parece.

Sobre todo, es un motor que empuja muy fuerte desde muy pocas vueltas. Aunque ‘sólo’ son 150 CV, en realidad tiene 380 Nm de par motor, una cifra que la mayor parte de vehículos proporciona con un mínimo de 200 caballos. Un motor muy bueno porque funciona desde muy abajo y ofrece mucho empuje en todo el espectro de utilización.

BUENOS CONSUMOS
En cuanto a sus consumos, son razonables para lo que es el coche. La cifra homologada es de 5,8 litros, pero rodando tranquilos por carretera estaremos cerca de los 6,5 litros. En nuestro viaje con más de 1.100 kilómetros, con el coche lleno, y por carreteras muy viradas en las que no se podía ir demasiado pendiente del consumo, hicimos una media de 7,4 litros, que creo que es muy buena.

Asociado con este motor encontramos un cambio automático de seis marchas. Es un automático de los tradicionales, con convertidor de par, pero con un buen funcionamiento.

Se maneja muy bien simplemente con el acelerador, y resulta obediente a las órdenes del conductor con el pie, pero las levas que incluye en el volante son, para mi gusto, ideales. Son  unas levas de grandes dimensiones que van fijas a la columna de la dirección, es decir que no se mueven solidarias con el volante. El conductor siempre sabe, por muchas curvas y vueltas que le dé al volante, dónde está cada una de ellas y se evitan peligrosos errores.

Es un coche grande y pesado, aunque con respecto al anterior Outlander se ha logrado una interesante reducción de peso. Aún así son más de 1.600 kilos. Pero a pesar de este peso elevado y a sus dimensiones bastante grandes, con sus 4.65 metros de longitud, este Outlander se mueve con una gran agilidad en carreteras viradas.

Cuenta con unas suspensiones bastante firmes que pegan al suelo el coche y que no repercuten en una pérdida de confort para sus ocupantes. Pero sobre todo no hay balanceos y eso es un verdadero milagro en un vehículo de este tamaño y con este peso. Incluso se mantiene este buen comportamiento cuando el coche va lleno de personas y de maletas.

Y queda un detalle importante, su tracción. Aunque se ofrece una versión de acceso con tracción delantera, el resto de la gama solo está disponible con tracción total. Es un sistema que se gestiona mediante un botón situado por detrás de la palanca de cambios.

En el Outlander 4X4 la tracción a las cuatro ruedas es permanente. Ya no ofrece, como en el anterior, la posibilidad de circular en modo 4X2. El conductor tiene tres modos de utilizar el 4X4. En el modo Eco básicamente se utiliza la tracción delantera, pero manteniendo la posibilidad de activar el sistema por sí solo el 4X4 cuando se hace necesario por una pérdida de tracción.

Por encima está el modo Auto en el que se circula con las cuatro ruedas siempre, lo que hace que sea la posición ideal cuando rodamos sobre firmes mojados, o tierra o en una zona delicada por nieve o hielo. Y por último el modo Lock en el que no se trata de que la tracción 4X4 esté bloqueada al 50% sobre cada eje, como en otros vehículos de la competencia, sino que en esta posición pasa 1,5 veces más par al eje trasero para superar una situación apurada. Pero pese a su nombre, no es un bloqueo 50/50.

El Mitsubishi Outlander, salvo por su estética, es un coche que me gusta mucho. Creo que por un precio de 35.380 euros (cuenta con un descuento de 5.500 euros), el de la versión más equipada de un vehículo de siete plazas, con un motor de consumo bastante ajustado y con las posibilidades que ofrece es una muy buena alternativa para las familias más viajeras.

DATOS TÉCNICOS
MITSUBISHI OUTLANDER TD 150 CV 
KAITEKI 4WD
Motor: Diesel. Inyección directa ‘Common rail’. Turbo e intercooler
Cilindrada: 2.268 c.c.
Potencia máxima: 150 CV / 3.500 rpm.
Par máximo: 360 / 1.500 a 2.750 rpm
Dimensiones (largo/ancho/alto): 4.655 / 1.810 / 1.680 mm
Distancia entre ejes: 2.670 mm
Capacidad del maletero: 507 litros (5 plazas)
Cambio: Automática 6 velocidades
Tracción: Total
Velocidad máxima: 190 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 11,7 segundos
Consumo medio homologado: 5,8 litros/100 km
Emisiones de CO2: 153 g/km
Precio: 35.380 euros.

Fotos: Carlos Cancela

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